En muchos procesos industriales, agrícolas o de tratamiento de agua, es necesario inyectar sustancias con precisión. Para esto existen las bombas dosificadoras, equipos diseñados para dosificar líquidos de forma exacta y constante.
Aunque no siempre se les presta la atención que merecen, estas bombas cumplen una función crítica para mantener la calidad, eficiencia y seguridad en una amplia gama de aplicaciones. En este artículo explicamos de forma clara qué son, cómo funcionan, para qué sirven, sus tipos y qué factores debes tener en cuenta antes de elegir una.
Una bomba dosificadora (también llamada bomba de dosificación o bomba química) es un equipo diseñado para inyectar una cantidad específica de un fluido dentro de otro flujo. Su función principal es entregar un caudal constante y ajustable, lo cual es crucial en procesos donde cada gota cuenta.
Este tipo de bomba se utiliza cuando no basta con mover agua o líquidos, sino que es necesario controlar la cantidad exacta que se inyecta, ya sea por razones de calidad, seguridad o eficiencia del proceso.
Las aplicaciones son muchas y muy variadas. En general, se usan siempre que se necesite agregar un líquido en cantidades precisas a un sistema. Algunos ejemplos comunes:
En plantas de tratamiento de agua, para agregar cloro, floculantes o correctores de pH.
En agricultura, para aplicar fertilizantes, nutrientes o pesticidas de forma uniforme.
En la industria alimentaria, para dosificar ingredientes o aditivos líquidos.
En procesos industriales donde se requiere control de calidad químico.
En laboratorios o entornos farmacéuticos, donde la precisión es crítica.
La ventaja principal es que estas bombas aseguran un suministro exacto, regular y controlado, lo cual reduce desperdicios y mejora la eficiencia.
Existen varios tipos, y la elección dependerá del tipo de fluido, del caudal requerido, la presión del sistema y el nivel de automatización que se desea. Estos son los más comunes:
Funcionan mediante un diafragma flexible que se mueve adelante y atrás, desplazando el fluido. Son ideales para manejar líquidos corrosivos como ácidos, hipoclorito de sodio o productos químicos agresivos. También son muy utilizadas por su bajo mantenimiento.
Estas bombas utilizan un pistón que empuja el líquido. Son más potentes y permiten trabajar con presiones más altas, pero pueden ser más sensibles a la abrasión si el líquido contiene sólidos. Se usan cuando se requiere una dosificación potente y muy precisa.
El líquido pasa por un tubo flexible que se comprime desde el exterior por un rotor. Al no haber contacto del fluido con piezas mecánicas, son ideales para líquidos sensibles, viscosos o con sólidos en suspensión. También son muy fáciles de mantener.
Una bomba dosificadora bien seleccionada y bien instalada puede traer múltiples beneficios:
Reduce el desperdicio de productos
Mejora el control del proceso
Disminuye la intervención humana
Aumenta la seguridad del sistema
Permite automatizar tareas repetitivas
Además, una bomba dosificadora evita errores humanos en la mezcla de productos o químicos, lo que garantiza mayor uniformidad y calidad en los resultados.
Se utilizan para inyectar productos químicos como cloro, coagulantes o controladores de pH, en cantidades exactas. La precisión es fundamental para cumplir normativas sanitarias.
Son clave para aplicar floculantes, enzimas o correctores de pH en los procesos de depuración. Suelen estar integradas con sensores que ajustan automáticamente la dosificación.
Las bombas dosificadoras permiten aplicar fertilizantes o pesticidas de forma homogénea, directamente al sistema de riego. Esto reduce desperdicios y mejora el rendimiento del cultivo.
Se usan para inyectar aditivos, jarabes, saborizantes o ingredientes líquidos con exactitud. Aquí, la higiene y precisión son esenciales para mantener la calidad.
En estos entornos, las microdosificaciones deben ser muy exactas. Las bombas dosificadoras ofrecen un nivel de control imposible de lograr a mano.
Un punto importante a la hora de comprar una bomba es decidir si necesitas una versión manual o automática.
Las bombas manuales permiten ajustar el caudal directamente con una perilla. Son económicas, pero requieren atención constante. Son útiles en instalaciones pequeñas o procesos simples.
Las bombas automáticas, en cambio, se controlan con electrónica o sensores. Ajustan su funcionamiento según parámetros como pH, caudal, presión, etc. Son ideales para sistemas que necesitan funcionar sin supervisión constante y ofrecen mayor precisión y eficiencia.
Tipo de líquido: si es corrosivo, abrasivo o viscoso, asegúrate de que la bomba lo pueda manejar.
Caudal requerido: define cuánta cantidad de producto necesitas dosificar por minuto u hora.
Presión del sistema: algunas bombas solo funcionan en sistemas de baja presión.
Frecuencia de uso: si la bomba funcionará muchas horas al día, es mejor una bomba industrial con materiales reforzados.
Nivel de automatización: ¿necesitas control remoto o integración con sensores?
También es fundamental revisar los materiales internos (como el diafragma, válvulas y sellos), que deben ser compatibles con el fluido que se va a trabajar.
Elegir un modelo sin considerar la compatibilidad química
Calcular mal el caudal y terminar sobredosificando o quedándose corto
Descuidar el mantenimiento básico
Instalarla incorrectamente o sin válvulas de retención
Estos errores pueden causar fugas, daños al equipo o incluso comprometer el proceso en el que se utiliza la bomba.
Sí, aunque no es muy complicado. En general, las tareas básicas son:
Revisión de sellos y válvulas cada cierto tiempo
Limpieza de partes internas si se trabaja con líquidos densos o con sólidos
Calibración regular del caudal
Verificar que no haya obstrucciones ni fugas
El mantenimiento preventivo es clave para alargar la vida útil de la bomba y evitar paradas inesperadas.
Depende del modelo, la capacidad y el nivel de automatización. Las bombas más simples pueden costar desde 200-250 dólares. Los modelos industriales o automatizados pueden superar los 700 dólares o más, dependiendo de las especificaciones.
En SumiWater trabajamos con varios rangos de precios para que encuentres una solución ajustada a tu necesidad y presupuesto.
Instala la bomba en un lugar protegido del sol y la lluvia
Usa filtros y válvulas de retención en la línea de succión
Asegúrate de que la tubería esté bien sellada
Sigue siempre las instrucciones del fabricante
Realiza una prueba de calibración antes de ponerla en marcha
En SumiWater te ofrecemos más que productos. Te damos asesoría especializada para que elijas la bomba correcta, soporte técnico cuando lo necesites, y marcas reconocidas por su calidad.
Además, contamos con modelos para diferentes industrias: tratamiento de agua, agricultura, alimentos, farmacéutica e industria química. Nuestro equipo puede ayudarte a identificar cuál es la mejor opción para tu proyecto, según el tipo de líquido, caudal, presión y uso.
Contamos con stock disponible, precios competitivos y envíos a todo el país. También puedes visitarnos en nuestra tienda o escribirnos directamente por WhatsApp Business para una atención rápida.
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Escríbenos y con gusto te ayudamos a encontrar la bomba dosificadora más adecuada para tu sistema.